jueves, 30 de abril de 2009










No te quiero sino porque te quiero 
y de quererte a no quererte llego 
y de esperarte cuando no te espero pasa mi corazón 
del frío al fuego. Te quiero sólo porque 
a ti te quiero, te odio sin fin, y odiándote te ruego, 
y la medida de mi amor viajero es no verte y amarte como un ciego. 
Tal vez consumirá la luz de enero, su rayo cruel, mi corazón entero, 
robándome la llave del sosiego. 
En esta historia sólo yo me muero y moriré de amor 
porque te quiero, porque te quiero, amor, a sangre y fuego.